Esta semana queremos compartir con vosotros un interesantísimo artículo sobre el estrés en el trabajo que apareció hace un tiempo en El Mundo (podéis leer el artículo original aquí). Parte de este artículo, contiene una entrevista con el profesor Kenneth Nowack, eminencia en el tema y colaborador desde hace muchos años con nuestra empresa. Esperamos que lo disfrutéis.
JEFES QUE ‘MATAN’
Hay jefes que, literalmente, te pueden poner enfermo. Son los que no tienen en consideración a sus empleados, los que no los motivan y no los estimulan intelectualmente. Nada que ver con los buenos líderes que, tal y como acaba de reconocer un nuevo estudio, logran aumentar la satisfacción de sus subordinados en el trabajo y contribuyen a que se sientan mejor en general y no se pongan malos.
Jaana Kuoppala, del Instituto Finlandés de Salud Laboral, en Helsinki, y su equipo han llevado a cabo una revisión de un total de 27 estudios de los 109 seleccionados, publicados entre 1970 y 2005, en los que se ha analizado cómo influyen los jefes en la salud y en el bienestar de los trabajadores.
«En la literatura científica encontramos tres definiciones distintas de lo que es ser un jefe benévolo», afirma a elmundo.es la doctora Anne Lamminpää, una de las autoras del estudio. «El jefe compasivo, que proporciona apoyo social cuando es necesario; el considerado, que trata con respeto a los empleados y el transformador, que inspira, motiva y estimula a nivel intelectual», añade.
La investigación, que ha visto la luz recientemente en la revista ‘Journal of Occupational and Enviromental Medicine’, constata que los trabajadores a las órdenes de un buen jefe están menos días enfermos y requieren de menos bajas laborales. Concretamente, estos empleados ‘afortunados’ tiene un 27% menos de riesgo de enfermar y un 46% menos de posibilidades de solicitar una baja por discapacidad.
«Estos datos confirman la teoría de que los superiores bien preparados, que promueven un buen ambiente laboral, así como unas óptimas condiciones de trabajo, reducen los problemas de salud» de los compañeros que están bajo su dirección. Por este motivo «las compañías deberían seguir de forma rutinaria la trayectoria de sus empleados y realizar un esfuerzo por mejorar las condiciones en las que trabajan», agrega Lamminpää.
El oficio de tomar decisiones
Un ambiente laboral «irrespirable es algo que se nota a distancia y que, lógicamente, repercute negativamente en la salud de los trabajadores. Lo mismo sucede cuando una persona no se siente realizada en su trabajo, se le encomiendan labores que están por debajo de sus capacidades o se le acosa», comenta Santiago Álvarez de Mon, profesor del IESE (Escuela de Dirección de Empresas de la Universidad de Navarra) en el Departamento de Dirección de Personas en la Organización.
Iñaki Piñuel Zabala, profesor titular de Organización y Recursos Humanos de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) y socio de la consultora Mobbing Research, aclara que detrás de este mal clima laboral se esconden los que denominados «jefes tóxicos».
Este pionero en la investigación y difusión del acoso laboral en España declara que los datos del último informe Cisneros establecen «que el 36% de los trabajadores haría examinar a su jefe por un psicólogo. En nuestro país está muy extendido el concepto de que ser jefe es un arte que se tiene o no se tiene, pero en realidad es una tecnología que se aprende. Los jefes tóxicos son los que generan precisamente eso, un clima tóxico. No toman decisiones, lo que favorece que muchos empleados se aprovechen de esta situación y se genere por ello un caldo de cultivo que deteriora la salud de los otros empleados».
Tal vez por este motivo las conclusiones del nuevo estudio determinan «que es extremadamente importante que la función de los superiores sea evaluada y que se promocione a aquéllos con una conducta más ejemplar en todos los ambientes laborales», añade el trabajo.
Más salud y más productividad
El psicólogo estadounidense Kenneth Nowack, presidente del Consorcio Envisia, que lleva 20 años desarrollando sistemas para la evaluación de los empleados, y uno de los mayores expertos mundiales en inteligencia emocional, también se muestra de acuerdo con los datos del nuevo estudio. «Este metaánalisis proporciona la confirmación de que los líderes intervienen en los niveles de estrés, en el síndrome de Burnout (profesional quemado), la ansiedad, la salud psicológica y el bienestar físico que padecen sus trabajadores», afirma a elmundo.es.
Todos estos factores negativos tienen «un coste para las compañías en gastos médicos, accidentes, problemas de seguridad, estado de ánimo de los empleados o, incluso, desperdicio de talento», subraya el doctor Nowack.
Este especialista recuerda que sus estudios han constatado que «los trabajadores a las órdenes de los líderes más inteligentes emocionalmente son más productivos, efectivos y gozan de mejor salud que aquéllos cuyos supervisores son mediocres. Estos últimos líderes pueden provocar desde estrés laboral en sus empleados hasta aumentar su riesgo de hipertensión y ataques al corazón«, puntualiza.
El estrés laboral se ha convertido en un factor de riesgo psicosocial que sólo en la Unión Europea afecta a 41 millones de empleados. Al otro lado del Atlántico, los expertos en salud mental aseguran que se ha producido un incremento de los casos de esta dolencia este año, según señala ‘The Wall Street Journal’. De hecho, la Asociación de Asistencia Profesional al Empleado de EEUU afirma que las peticiones de los trabajadores para participar en programas de ayuda para problemas mentales o personales han aumentado un 10%.
Un reciente estudio llevado a cabo por la Organización Gallup, que lleva más de 70 años investigando el comportamiento humano y es una de las firmas más reconocidas en sondeos de opinión y consultoría, determina que los grupos de trabajo mal dirigidos son un 50% menos productivos y un 44% menos rentables para sus empresas. Además, esta entidad subraya que los «malos» jefes hacen perder talentos para las compañías.
No sólo eso. Hacia ellos apunta además la mayor parte de la responsabilidad de otro factor de riesgo psicosocial reconocido en los últimos 25 años: El «mobbing» o acoso psicológico en el trabajo. Según datos de la Asociación Nacional de Entidades Preventivas Acreditadas (ANEPA), afecta ya al 10% de los trabajadores y trabajadoras nacionales.
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