El riesgo de ser tú…

Después de unas largas vacaciones, el blog empieza de nuevo con energías renovadas con la intención de informar, hablar y debatir sobre el mundo del trabajo y las personas.
Para nuestro regreso, os traemos el artículo de Markky Kauppinen, un ejecutivo americano que utiliza DISC. Esperamos que os guste.

¿Eres demasiado “tú” cuando estás bajo presión?

por Markku Kauppinen
Últimamente, cuando le pregunto a la gente cómo está, siempre me responden lo mismo: ocupadísimo. Los cambios en la economía mundial nos están forzando a todos a encontrar maneras de ser más productivos y eficientes. Además, los avances en las tecnologías de comunicación hacen que la mayoría de personas esté disponible veinticuatro horas al día de manera instantánea. La línea que separa el trabajo y el tiempo personal es muy borrosa y en general, eso es culpa nuestra. Somos adictos a los teléfonos móviles. Comprobamos frenéticamente mails, whatsapps y mensajes sin tomarnos nunca un descanso del trabajo.

 

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Este ritmo de vida, viene de la mano de presión y presión y estrés diarios y quien más quien menos, todos somos sus víctimas. A veces la presión viene y se va en santiamén. Puede que surja de algo pequeño como que alguien se nos cuele en pleno tráfico o nos robe el aparcamiento. Otras veces el estrés es un compañero más constante. Como en los trabajos de ritmo acelerado con constantes y exigentes plazos de entrega. En cualquier caso, nuestro estilo natural –es decir, nuestro estilo conductual que nos viene de fábrica– juega un papel crucial en la forma en la que reaccionamos y respondemos al estrés. Nuestro estilo también tiene determina en cierto modo que situaciones tienden a provocar presión y estrés. Dicho de otro modo, lo que para alguien es una situación estresante, para una persona con otro estilo conductual puede ser algo muy fácil de sobrellevar.
Por ejemplo, para un «estilo D», perder la capacidad de tomar decisiones independientes puede causar mucho estrés, pero para un «estilo S» tener que tomar decisiones rápidas sin apoyo o supervisión puede ser una pesadilla. La situación puede ser la misma; pero la reacción será muy diferente dependiendo del estilo de la persona.
Pensemos en una situación reciente en la que nos sintiéramos estresados o abrumados. ¿Cuáles fueron las reacciones a lo que estaba ocurriendo en el entorno? Hay muchas posibilidades que revertiéramos a nuestro estilo de comportamiento natural y empezáramos a mostrar más esos comportamientos instintivos. Si fuéramos «estilo D», competitivos, seguro nos volveríamos impacientes y excesivamente directos. Si resulta que somos «estilo I», muy sociables, seguro que empezamos a hablar por los codos y a llamar la atención de los demás. Si por el contrario, fuéramos «estilo S», más estable y tranquilos, puede que nos cerráramos en banda y empezáramos a resistir lo que sucedía a nuestro alrededor. Por último, si fuéramos «estilo C», los más analíticos, seguro que lo cuestionamos todo y nos pusimos a analizar razones, causas y consecuencias de la situación.
Bien pensado, actuar de manera natural bajo presión tiene mucho sentido. Es la «zona» o «territorio» de conducta que más dominamos. Es nuestra posición de ventaja, nuestra zona de confort, es el terreno en el que nos nos sentimos más cómodos y seguros. Obviamente, no es malo afrontar una situación difícil desde una posición cómoda. Sin embargo, lo que a menudo también sucede es que, bajo presión, perdemos un poco la capacidad de modificar nuestro comportamiento. Y, si aumenta la presión, también aumenta la exhibición de los aspectos negativos de nuestro estilo de comportamiento natural.

 

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Por ejemplo, a efectos prácticos, si somos estilo D, en lugar de ser asertivos, podemos llegar a ser excesivamente agresivos y contundentes. El problema es que si esto pasa en situaciones de estrés es más grave porque nuestra capacidad de modificar estas actitudes está comprometida. Y, claro, esto, a su vez, suele intensificar las tensiones con los demás con lo que la situación empeora y se vuelve aún más estresante. Es un círculo vicioso en el que quedamos atrapados.
En las películas de acción, los protagonistas se enfrentan a situaciones muy peligrosas con calma y tranquilidad. La pantalla se llena de balas volando y explosiones apoteósicas. Sin embargo, el protagonista se mantiene tranquilo y sereno e incluso tiene tiempo para soltar algún chiste. Él es la misma persona durante toda la película. No reacciona de forma exagerada ni «pierde la cabeza». Por lo general, la reacción más visible al público es cuando se encarga del villano final. Pero, incluso entonces, lo tiene todo bajo control.
Tener auto-conocimiento es fundamental para controlar nuestras reacciones al entorno. Cuando «perdemos los nervios», perdemos el control de nuestro comportamiento. Pero si llegamos a ser conscientes de qué tipo de situaciones y factores nos causan estrés, cómo podemos responder y cómo aliviarlo, podremos hacerle frente de manera productiva. Cuando entendemos lo que nos pasa, podemos centrarnos más en nuestro comportamiento y, por lo tanto, mejorar nuestra capacidad para modificarlo. El resultado final es que manejamos bien la situación estresante, mantenemos el rumbo para alcanzar nuestras metas y no perjudicamos las relaciones con los demás.

 

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En teoría, esto es un proceso muy simple. En primer lugar, tomar conciencia de qué tipo de situaciones tienden a causarnos estrés para que poder anticiparnos. En segundo lugar, reconocer nuestras reacciones típicas y naturales ante el estrés para controlarlas y modificarlas conscientemente. Y por último, aprender qué factores tienden a aliviar el estrés para poder hacerle frente y a recuperarnos más rápidamente.
Parece fácil, pero es muy difícil de hacer. La modificación del comportamiento requiere esfuerzo y energía; y se necesita todavía más energía cuando estamos bajo presión. Pero cuando lo racionalizamos, todo se vuelve más fácil. Nos damos cuenta de que, a menudo, nuestra reacción natural empeora la situación, y que es mejor cambiar nuestra forma de reaccionar. Así, lograremos mejores resultados, nos sentiremos mejor, tanto nosotros como la gente de nuestro entorno. Todos salimos ganando.

 

Como siempre, más información en nuestra web www.tools4success.es

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